ciberseguridad

Cómo son los CIBERDELINCUENTES

La tecnología modifica muchos aspectos de la vida cotidiana y también la forma en la que se ejecutan los delitos. Entender el delito ejecutado en nuevas tecnologías es tan importante como comprender las motivaciones que mueven a los que los cometen..

Siempre resulta difícil hacer generalidades y hay muchas excepciones en los casos concretos. Es por ello que hemos pedido orientación al Bufete Tu Abogado Penalista y nos han atendido sus abogados penalistas de Salamanca. Aun a riesgo de caer en estereotipos podría decirse que existen ciertas características que vemos reflejadas en los perfiles de los ciberdelincuentes:

1.- Probablemente el rasgo más destacable en la personalidad de los ciberdelincuentes es el sentimiento de superioridad que tienen frente a la sociedad. Tanto el que sabe mucho como el que hace una chapucilla con sus intentos delictivos, todos se sienten invulnerables y creen estar un peldaño por encima de las habilidades que puedan tener los investigadores. La frase más repetida es «a mi no pueden pillarme». Y esto es comprensible si tenemos en cuenta que los delitos electrónicos en la mayoría de los casos se cometen desde la intimidad, aislados en casa o trabajo, sin contacto físico con la víctima. Este aislamiento provoca una sensación de anonimato que inmediatamente genera un convencimiento de impunidad. Además, en la mayoría de los casos, el ciberdelincuente tiene un convencimiento de saber más o hacerlo mejor que otros. Es tremendamente crítico con cualquier solución diferente a las que él propone, no está acostumbrado a contraponer sus ideas con otros, y está convencido de saber mucho más de aquello que el resto pueda saber.

2.- En general, y sin perjuicio de excepciones, el ciberdelincuente es una persona bien formada. Eso sí, es necesario subrayar que la formación que ha recibido no suele ser universitaria (porque no está a la altura de sus conocimientos), sino alternativa a través de blogs, foros y comunidades dedicadas a la seguridad informática. En muchos casos en dichos foros se muestran muy críticos y seguros de sus habilidades, criticando y denostando las opiniones de otros participantes. 

3.- Las motivaciones para desarrollar la actividad delictiva son muy variopintas. Mientras que en los delitos analógicos las motivaciones están directamente relacionadas con el tipo de delito, en el caso de la ciberdelincuencia los motivos para llevarlo a cabo son más complejos. Por ejemplo, no siempre el que realiza una estafa en el medio electrónico persigue ganar dinero. En muchas ocasiones encontramos una mera motivación de desafío personal o demostración de que «se puede hacer» vinculado al sentimiento de superioridad del que hablaba anteriormente. En otros casos el delito se origina en sentimientos de venganza u odio frente a determinada empresa o país o comunidad. En algunos casos tiene un trasfondo político o moral, creyendo el ciberdelincuente que no sólo tiene más conocimientos técnicos que la sociedad sino que además puede darle lecciones morales por ser un sistema que no funciona o no responde a sus expectativas. 

4.- Expectativas económicas desproporcionadas. Aunque en muchos casos la motivación primera no es la económica, en la mayoría de delitos electrónicos con contenido patrimonial, existe un patrón que revela que el delincuente entiende que sus habilidades son infravaloradas en el mercado laboral y que no merece la pena desperdiciar su talento por sólo un salario. Esto les lleva a ser muy avariciosos y ver en el medio electrónico una vía fácil para conseguir mucho dinero de forma segura y rápida. Por supuesto en estas características nos centramos en delitos telemáticos complejos, como son las estafas de Bitcoin o criptomonedas que son tan frecuentes últimamente, que requieren de unos conocimientos y recursos para poder ser llevados a cabo. No incluimos aquellos delincuentes que cometen delitos de menor complejidad técnica como estafas por redes sociales o suplantaciones.